Como todo lo importante en mi vida, esto, lo escribiré.
Hace un mes y pocos días, tuve la suerte de dar con el caso de este peludito. Me decidí a adoptarle, y a la semana, exactamente el 02 de noviembre ya le tenía en casa.
Su historia, al igual que la de muchos otros perros abandonados o maltratados, es muy triste.
Este mestizo se llama Arkay, tiene 03 años y hasta hace poco tenía la mala suerte de vivir con un chico que le maltrataba y no cuidaba de él como era debido. Lo más triste es que no solo tenía a Arkay en casa, sino que también habían algunos perros más. Los cuales espero que hayan sido adoptados también.
La adopción ha sido una experiencia increíble, una gran aventura y sí, para nada fácil. El peque cuando llegó estaba sucio, olía muy mal, tenía mucho miedo, temblaba bastante, y no dejaba que nos le acercáramos. Para sacarle a la calle tenía que hacerlo en brazos y solo lo bajaba en un punto específico para que haga sus necesidades.
A día de hoy, tiene aquí un mes y once días, huele estupendamente, ya no está sucio, ya camina por la calle. No tiene miedo cuando nos le acercamos aunque a veces se muestra un poco a la defensiva. Aún tiembla un poco, pero leí que es normal en perros pequeños.
Arkay en su primera noche en casa.
Hace unos días, me dio un susto de muerte. Acostumbro a siempre llevarle con la correa, pero hace unos días poco a poco le soltaba, y me era totalmente fácil agarrarle de nuevo, pero el miércoles 9 al ir a agarrarle se asustó y reaccionó mordiéndome en la muñeca y yéndose corriendo. Obviamente corrí tras de él, cruzó las calles (arriesgándose a ser atropellado, al igual que yo) luego se detuvo en un parque que está más adelante. Yo en eso tuve un ataque de ansiedad/pánico y no paraba de llorar de lo nerviosa y asustada que estaba. Gracias al cielo, un señor pasó y al ver mi situación me ofreció su ayuda para poder agarrar al peque, se le acercó despacio y pudo agarrarlo. No se imaginan lo inmensamente agradecida que estoy con ese señor, por ofrecerme su ayuda desinteresadamente cuando más lo necesitaba. Y con Dios por no haber permitido que las cosas llegaran a peores.
Sé que seguro algunos de ustedes que tienen mascota han pasado algún susto similar, y que en el fondo entienden mi reacción aunque para otros parezca patética.
Esa noche no solo me di cuenta de que de verdad quiero mucho al peque, y pienso cuidar de él siempre aunque eso suponga ir como loca corriendo por las calles transitadas. También me di cuenta de que aún quedan seres humanos con «humanidad» porque de varios que habían por allí, algunos ni se movían y otros se apartaban mientras le pedía ayuda, pero solo uno fue capaz de detenerse a ayudarme.
Pero bueno, ya todo bien. Esos ojitos seguirán brillando.
Sé que muchos no tienen los recursos necesarios para tener un perro, o no disponen de tiempo para atenderle correctamente, pero siempre hay maneras de colaborar con los refugios de nuestra ciudad. Ya sea haciéndonos voluntarios o donando algunas cosas que podamos, comida para animales, shampoo, mantas, juguetes (de animales) collares, correas. No sé muy claro pero supongo que algunas aceptarán dinero, no estaría mal que lo investiguen. Y si pueden, no duden en echar una mano. ¡Los animales nos necesitan! Aunque insisto, si tienen LOS RECURSOS NECESARIOS, para cuidar de un animal cosas como:
- RESPONSABILIDAD.
- TIEMPO.
- PACIENCIA.
- AMOR.
Yo ya di el paso, anímense a darlos ustedes siempre que puedan, colaboren o adopten, o ambas...
No duden en contarme si ustedes tienen alguna mascota, qué animal es, si es adoptado, comprado o regalo. Y sobre todo cuéntenme una anécdota interesante que hayan vivido con él.
Pueden contarme en la cuenta de instagram (books_r) o aquí. Estaré publicando sus historias.
Les dejo con una foto del peque de hace una semana :)
Besos, Lola.